Solía sentirme sola cada vez que caminaba hacia mi casa, contemplaba el cielo y lo que lo componía, y me sentía triste por no tener a alguien con quien compartir esa naturaleza. Pero esta noche, me sentí desvanecida, sin alma, como si lo que estaba caminando no tuviera vida ni propósito. Solo me dejaba llevar por el sonido de mis zapatillas arrastrándose en la calle, marcando cada centímetro hasta llegar a mi puerta, y tan solo quería seguir caminando y no llegar a ningún destino, sentía que el dolor me había consumido muy dentro, y que ya no había sentimientos.
Mientras hacía mi camino, la mente era lo único que funcionaba, recapacitaba, que el amor es dar y no esperar nada, que solo aceptamos las cosas que nos duelen, que nos molestan, por el simple hecho de no perder a esa persona a la que amamos. Tal vez ellos no puedan aceptarnos como somos, o puede que no les inquiete ninguna de nuestras diferencias, y a mi, ¿porque tiene que molestarme?, eso es, porque tengo celos, de que alguien mas pueda enamorarse de lo que realmente eres, por eso, te dejo ser quien eres, y no cambiarte nada, así el día de mañana cuando ya no esté y me haya ido, recuerdes que aquí alguien te amo con todo el corazón, y quiso que seas feliz.
Mas tranquila, me encuentro mirando la luna desde mi ventana, pido un deseo, y espero que éste se cumpla.. mientras pienso en todo lo que eres, y todo lo que alguna vez te soñé, y hoy por fin te tengo.
Agustina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Te ofrezco mis lineas..
Comentá. Puedo dedicarte una historia.♥