¿Donde estarás? ¿serás feliz?, no lo sé. Te siento en todas partes, pero no estas en ninguna. A veces quisiera preguntarle a alguien, hacerte llegar un mensaje, algo que te haga recordarme, alguna palabra que te haga pensar en mi una vez más. Sé que ambos estamos en otro mundo, cada uno por su lado, inventando una historia nueva, pero créeme que me he estancado en esos años, de hecho nunca he podido olvidar ni un momento que pasamos juntos. Fueron los mejores años de mi vida, todos esos días estarán presentes hasta el día que me muera. Jamás me sentí tan completa con alguien, jamás me han querido tanto como lo has hecho tú. Eres la persona mas extraña y maravillosa que he conocido en mi vida. Nunca voy a poder borrar tu hermosa cara, tus caricias y tus abrazos fuertes. Nada voy a borrar porque no puedo, porque no quiero. Has sido increíblemente paciente y bueno, lleno de detalles, tan dulce y compañero como hoy ya no es nadie. Te agradezco por todo eso, y más. Siempre vas a ser la persona de la cual me enamoré perdidamente. Tuvimos una historia con momentos inolvidables, te guste o no, me guste o no, estés o no.
Hay días en los que te necesito tanto. Simplemente te extraño, como siempre y como nunca. Es raro, ¿no crees? Pero así es, te extraño por las noches, cuando veo las estrellas y sé que ambos estamos debajo de ellas, pero en diferentes distancias. Y duele.
Cuando me voy a dormir, siempre pienso en lo que éramos y me pregunto: ¿En un mundo paralelo estamos juntos? Quizás seamos compatibles, quizás nuestras manos encajen a la perfección. Quizá no ahora y sí en otro tiempo.
Veo a la gente, y todos mienten, no sé a quién creerle ya. Pero siempre vienes tú a mantenerme a salvo del mal, ahí vienes tú para tomarme en tus brazos. En mis sueños siempre vienes a salvarme. Cada día al caer la noche, duermes conmigo, aunque ninguna de esas noches estés junto a mí.
Hecho de menos esa sonrisa. Pero sigues siendo mi dolor, mi interés intenso, mi más triste ausencia, la sal que se escapa de mis ojos e inunda mis mejillas. Será que el primer amor nunca se olvida.
Me quedaré con la sonrisa que un día te robé, y haré que dure como cien mil años más.
Me gustaría poder decirte a la cara que ya fuiste y que ya no serás, pero algo dentro de mí grita, que todavía eres aunque ya no estés.
Agustina.