13/2/15

Sentada en mi sillón.

“Estoy sentada en mi sillón tratando de descifrar que es lo que realmente me pasa, cuestionando el hecho de por qué me siento de cierta manera sola y vacía. El por qué no puedo sentirme feliz o triste completamente, siempre tengo que estar a mitad de cada una o simplemente no sentir nada.
Estoy sentada en mi sillón haciéndole preguntas a mi oscura soledad, y al mismo tiempo dándome cuenta que no hay respuestas, que nadie vendrá a resolver los grandes enigmas que me atormentan.
Estoy sentada en mi sillón autocompadeciendome de las cosas que tengo y que nunca tendré. Recordándome a mi misma que soy una persona de papel que ha perdido mucho por dejar que el miedo se apoderé de su alma.
Estoy sentada en mi sillón pensando en lo mucho que quiero llorar, rogando para que una lágrima ruede sobre mi mejilla, pero nada pasa. Nunca pasa.
Estoy sentada en mi sillón sin esperanza, viviendo sólo porque soy capaz de respirar.
Estoy sentada en mi sillón repitiendo constantemente que soy fuerte, que soy capaz de hacer cualquier cosa, pero en realidad se muy bien que esas palabras son sólo falacias.
Estoy sentada en mi sillón pensando en mil y un formas de desaparecer.
Estoy sentada en mi sillón formando palabras en mi cuaderno, liberando pensamientos que no seré capaz de decir alguna vez. Liberando a los demonios que queman cada parte de mí.
Estoy sentada en mi sillón viendo como pasan las personas a través de mi ventana, sintiendo envidia de que ellas no están en mi lugar.
Estoy sentada en mi sillón dónde el frío se convierte en parte mí, dónde cada noche la soledad me abraza y no me suelta hasta que me pierdo en la inconsciencia del sueño.
Estoy sentada en mi sillón que es lo único que me apetece hacer cada noche.”
Agustina.

No he superado lo nuestro.

Sueños, ahí es a donde tengo que llegar para seguir viendo tu hermosa cara. Miro fijamente una foto tuya, y escucho la radio. Mantengo la esperanza, y espero que haya una conversación en la que los dos admitamos que lo pasamos bien, pero hasta entonces es distanciamiento todo lo que hay entre nosotros, todo eso lo comprendo.
Si me preguntaras qué tal me va, te diría que me va bien, te mentiría y diría que no estás en mi mente, pero salgo y me siento en una mesa preparada para dos, y al final debo afrontar la verdad, no importa lo que diga, no lo he superado, no he superado lo nuestro.
Maldición, lo haces bien, y yo pensaba que eras inocente, agarraste este corazón y lo pusiste en mitad del infierno, pero todavía eres magnífica.
Soy un bumerán, no importa cómo me lances, me giro y estoy de vuelta en el juego. Pero no importa, porque en mis ojos eres lo único, y el dolor ya no lo siento.
Agustina.