29/7/15

Nuestro eterno ayer.

Te escribo porque eso de extrañarte comenzó a ser demasiado pesado.
La nostalgia junto con la imaginación me están jugando malas bromas, porque a lo largo del día lo único que han hecho es traerte de vuelta sin que estés aquí.
Desde hace once días lucho con mis ganas de dormir a toda hora. Jamás bebí tanto café. Son estos mis pequeños suicidios silenciosos, sin escándalo, sin decir a nadie que no quiero vivir.
Me dijiste: “Se acabó”. Enmudecí, aunque el corazón gritó de dolor. No dije nada, ni un gesto, sólo te dí una última mirada. Te dejé ir porque sé que encontrarás a alguien mejor que yo, y para mí, eso también es amor.
Tú fuiste amado por alguien que odia a todo el mundo. Y me dicen que soy una tonta por seguirte queriendo, que es extraña y masoquista la forma que tengo de amarte. Pero es muy fácil necesitar de ti, porque en mi corazón no hay espacio para la desilusión que me dejaste sino para el amor que aún me queda.
Todo pasa tan rápido cuando se disfruta algo o cuando es inesperado. Sé que las personas van y vienen en la vida, pero son muy pocas las que te dejan tatuada la existencia. Y tú lo has hecho en tan poco y tan corto tiempo.Un mes y otra vez es nuestra fecha. Un mes y mi corazón se llena de recuerdos tan presentes que aunque pasen los días, lo meses, los años o la misma vida; para mi será tan sólo un ayer, nuestro eterno ayer.
Agustina.

Olvidarme de ti.

Resulta que un lápiz y un papel terminan siendo mis mejores amigos. Patético, lo sé; pero quién más puede entenderme si no es aquel viejo cuaderno que siempre tiene tiempo y espacio para mis ocurrencias y temores, para un poco de mis versos estúpidos y una que otra mala versión de poesía.
Escribo para saber quién soy y nunca olvidarme de mi, de lo que soy y de lo que fui. Sé que a veces es mejor olvidar algunas cosas y borrarlas de la memoria. Aún así me da miedo olvidar.
En cuanto a ti, me aterra no olvidarte si un día decides irte. Y no es porque te tenga guardado en mis cuadernos. Sería muy fácil arrancar todas las hojas que me hablan de ti y arrojarlas al fuego; pero olvidarme de ti me resulta más complicado. Te he grabado en mi, en mis adentros, se hallan repletos de ti; por eso si hay algo que recordaré por el resto de mi vida, será esa constante esperanza de lograr olvidarte.
Agustina.