25/3/15

Sentirnos especiales...

¿Que sentido tiene dar todo de si?, dejar de lado tus costumbres, tus gustos, cambiar tu rutina de un día para otro para adaptarte a la suya y que sea feliz. Dejar de hablar con personas, encerrarte solamente en su mundo y permitirle que él lo moldee a su manera todo ese espacio.
Estamos enamorados, estamos ciegos, y somos idiotas los que pintamos un cielo con estrellas. Nunca vamos a bajar de ese cielo y caer en la realidad de que nunca mas van a a mirarnos con los mismos ojos, no van a acostarse  y pensar en ti queriéndote ver otra vez, sin importar que hagan. No sienten nervios en su cuerpo, porque les parece estúpido. No van a jugársela por nosotros, porque somos insignificantes y nunca vamos a llegar a ser importantes como quisiéramos llegar a ser.
A todo su egoísmo y su falta de interés, nos preguntamos si de verdad nos quieren, si comparten mutuos sentimientos, o si todo es tan falso, y nosotros mismos nos creímos ciertas mentiras, tan fáciles de creer.
Todo tiene su tiempo limite, aquí estoy escribiéndole a un pedazo de hoja, contándole toda esa rabia que guarde durante este tiempo. Es dolor, dolor a no ser importante. Todos quisiéramos sentirnos especiales para alguien. Finalmente me cansé de ser idiota, tal vez de esperar y quedarme horas pensando en todo lo que pasa en mi entorno. Me siento muy sola y muy vacía como para que la única persona que esta a mi lado, me deje sola en mi compañía.
Agustina.

Recuerdo morir una tarde de agosto.

Recuerdo salir de mi casa, con algo debajo de mis mangas ocultándolo para que mis padres no lo vieran. Aquellas cuadras eran eternas, pero con la música se me hacia mas corto el camino. Miles de recuerdos invadían mi mente, las sonrisas marchitas; esas que eran fingidas. Aquellos llantos incontrolables antes de dormir, la desesperación por no poder sentirme de la forma en que quería...
Contemplé cada cielo todos los días, cada momento junto a los que amaba, los hice como si hubieran sido los últimos, aproveche cada minuto. Estar a su lado era el paraíso...
Aunque cada día era mas y mas oscuro, la soledad se estableció en mi cuarto y encontró un lugar cómodo donde quedarse, junto a mi.
Ya no tenia amigos, no podía contar con nadie, desde allí, ella nunca me abandono, tomó mi tristeza y la llevó lejos. Ya no me sentía mal, me había dejado de importar todo, lo único que necesitaba era escaparme lejos de aquí y no volver.
Acerca de las siete de la tarde, estaba por esconderse el sol, mis pies cansados se frenaron en un árbol para poder descansar. Mis manos pálidas tomaron aquello que había debajo de mi abrigo. "Canción de suicidio" era lo que sonaba en mis oídos. Sentí de pronto un dolor inmenso en mi muñeca, pero dolía más el corazón. La sangre recorría mis venas, hasta mis piernas arrodilladas, finalmente dejándome caer al suelo.
Cortar mis venas, me hizo respirar mejor. No dije ninguna palabra, ni siquiera una carta escribí. Dejé al criterio de los demás, la razón por la que me fui, pero de algo estoy segura, que ya no seré una molestia en sus vidas nunca más.
Agustina.

No quiero aguantar otro día mas.

Ya no dormía, mi mente estaba en blanco, preguntas de "¿porqué?" invadían mi cabeza. Me dolía el alma por pensar en lo que ocurría. Nunca pensé que podía llegar el momento en donde diga "basta", "hasta acá llegué". Me siento débil, es como si alguien hubiera arrancado una parte de mi, algo que me sostenía y me dejó derrumbar. Siento como el dolor iba consumiendo cada parte de mi cuerpo hasta tomar mi corazón y hacerlo pedazos.
Como se puede amar tanto a una persona y aceptar hasta sus mas peores defectos, sus costumbres, es algo que nunca voy a entender. Como se enamora tan fácil de alguien y que difícilmente doloroso se hace despedirse. Siempre fuiste la parte más dulce de mi vida, ante todos siempre te elegí a vos, y hoy me siento tan derrotada, tan desgastada, cansada de luchar y luchar con algo que no quiere quedarse conmigo.
Nunca sufrí hasta que te conocí. Me hiciste pasar los peores días de mi vida, así como los mas hermosos. Te odio, porque te amo tanto, se me hace tan difícil dejarte. Solamente quiero llorar, ocupar un poco de tiempo a tu lado, el último. No quiero verte ni hablarte, porque estoy comenzando a sentirme tan vacía, tan sola. No quiero que vuelvas si te vas, y no quiero aguantar otro día mas.
Agustina.

Llévame lejos

Caía la noche y mi mente recostada en su almohada, viajaba a tiempos donde mi felicidad deambulaba por todas partes. Miraba detenidamente mi sonrisa, me di cuentas que fui feliz. Ahora admito que también lo soy, tengo a la persona que amé tanto y me costó tanto superarlo. Pero un vacío en mi no me dejaba continuar, era ese sentimiento tan cansador, esperaba a que me acueste y cierre los ojos para aparecer y arruinarme la noche.
De pronto miraba el techo, contemplaba la oscuridad y podía ver la tristeza que habitaba en mis ojos lagrimosos. ¿Porque estaría triste otra vez?. Él siempre se preguntaría que hace falta en mi vida para completarme, porque sabia que algo en mi no andaba bien esta vez, pero ¿que podía contestarle? si ni yo sabía lo que pasaba en mi interior.
La soledad encontró un lugar al lado mio, tomó sus cosas y habito aquí junto a mi. A pesar de que a mi costado estaba el amor de mi vida, no había espacio para los dos, y la oscuridad lo llevó lejos de mi.
Tus besos, tus abrazos, tus caricias, las incontables risas en la madrugada, todo eso tan valioso, y de pronto me hace llorar el pensar que todo aquello se esta perdiendo, debido a que la depresión esta consumiéndome.
No me importa si pierdo mi apetito, las ganas de ver el sol, si me encuentro perdida o agotada y me tiro vencida en la cama. No me importan las marcas en mi piel, cuantas tengo o si quedaran para siempre. Nada de eso me interesa, lo único que pido es que me saques de aquí. Llévame lejos de esta habitación gris, contigo.
Agustina.

Dejándose llevar.

Escribo.. no con el fin de que alguien lo lea, o se adueñe de esto. Dejo que mi mano libremente avance sobre estos renglones, dejándose llevar por los sentimientos que tal vez no pueden ser expresados.
El deseo de morir me atormenta varias veces, mayormente cuando me siento en soledad. Aunque a veces cuando estoy feliz, una pequeña sombra pareciera que se acercase a mi oído y me susurrara que voy a caer otra vez.
La realidad es que mi vida dio un cambio enorme si miro unos años atrás. Muchas veces creo que soy infeliz. No puedo fingir sonrisas todo el día, y cuando se torna oscuro, el vacío dentro de mi se va cerrando, opacando cada espacio de mis sentimientos, finalizando por hacerme sentir inútil e innecesaria en este mundo.
Siento un nudo en el pecho si pienso y pienso, pero mi mente trabaja sola, no quiere escuchar mi corazón, y él hace lo que sea para hacerme sentir ridícula. Estoy harta, la verdad es que cambiaría muchas cosas, pero cuando te ves tan mal, tan sola, y te encuentras tan perdida, en el momento en que miras a los ojos de alguien, de esa persona que te ilumina... se te olvida el dolor, o al menos pareciera menos doloroso....
Agustina.