12/2/17

Te amo, te odio.

Me sentí usada, pero aún así te seguía extrañando y no le podía poner un fin. Solo quería sentir tus besos en mis labios. Y el tiempo pasaba y nunca pude decirte porqué me dolía cada vez que te veía. Me daba cuenta de cuanto te extrañaba.
Te amé, te odié, odié amarte, necesitarte. Y no pude poner a nadie por encima tuyo. Pensaba que la necesitabas, que la querías y yo nunca iba a ser ella. Te extrañaba cuando no podía dormir, cuando tomaba un café, o cuando no podía comer. Te extrañaba en mi cama y siempre me pregunté si me extrañabas. Pero no podía ser así. Estuve perdiendo el tiempo por ahí y aún seguía enganchada a vos. Si te hubiese tratado como lo hiciste conmigo no te hubiera gustado. Te tendí la mano y no la agarraste. Te escribí un mensaje pero luego lo borre. ¿Alguna vez te preguntaste lo que podríamos haber sido? Dijiste que nunca me dejarías, y lo hiciste. Te acostaste conmigo y me volviste un desastre. Intente crear distancia para tratar de olvidarte, quise irme de la ciudad para dejar de recordar. Traté de seguir adelante, de entender porqué a las personas
que les hago bien me hacen mal. En porqué tenia que pasar tantas noches sola. Siempre creí que te importaba una mierda sobre mi.
Habia escuchado que encostraste a quien estabas buscando, ojalá no hubiera sabido que era yo, porque incluso después de todo este tiempo aún me seguía preguntando, ¿Por qué no puedo seguir adelante al igual que tu lo hiciste tan fácilmente? No quise saber si estabas mirando sus ojos, si te estaba sujetando tan cerca como lo hacia yo. Solo esperaba que estuvieras acostado junto a alguien que sepa amarte como yo. De vez en cuando pensaba que querías que apareciera en tu puerta, pero tuve demasiado miedo de estar equivocada.
Supongo que no lo estaba.
Agustina.