Yo lo quería, aunque nunca se lo haya dicho con palabras, aunque nunca se lo haya podido demostrar como yo necesitaba. Pero él lo sabia, él.. él me conocía tanto en poco tiempo, y supo decifrarme como nadie jamas lo había hecho, nadie me había descubierto. Él me sacó todas esas mascaras que yo tenia delante de mí, y sin que me diera cuenta, me abrió los ojos a la realidad, me mostró lo hermoso de la vida, de lo valioso que es el tiempo y que hay que aprovecharlo, porque cuatro horas bastaban para que alegrara mi día. Él me sacaba las mejores sonrisas, me miraba como si yo fuese la mas bonita, y él también lo era. Realmente lo quise, quería decírselo. Me quedo con la angustia de que el piense que no significaba nada para mi, y era todo lo contrario. Significaba todo. Me gustaba tanto, sus ojos, sus labios, su pelo, me encantaba cuando lo venia venir por la puerta y sentía su olor a perfume caro. Me gustaban sus chistes aunque no los entendiera, cuando me hacia sonreír sabiendo que estaba triste. Me gustaba cuando me hacia saber lo importante que era para él, que aunque era difícil y no podíamos estar juntos, él hacía lo posible para estar unos minutos a solas, y yo no lo aproveche, yo tenia miedo y el miedo siempre se puso delante de mí para hacerme perder las oportunidades.
Ahora hablo en pasado, porque no lo tengo, porque ya no hay un camino donde podamos encontrarnos, pero recuerdo algo que él me dijo: "No te rindas… porque cada día es un comienzo nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento, porque no estás sola, porque yo te quiero." y no me rendí.
Agustina.