30/12/15

Si alguna vez quieres enamorarte.

Entiendo que estas nervioso, yo también lo estoy. Hace tanto tiempo que no hablábamos que hasta ahora no sabemos ordenar bien las palabras. Me niego a mentirte y decirte que no estoy feliz de poder estar frente a tus ojos, de hecho, es para mi tan importante como casi imposible sentarme de nuevo a mirarte. Hablando por horas de una vida distinta, de pronto estábamos rodeándonos en recuerdos. Eramos cercanos, tan cercanos que nos conocíamos totalmente. Eramos jóvenes, estábamos uno al lado del otro siempre. No sé cuando empezamos a perder el contacto.
Tal vez te odio un poco, te veo distinto. Ni en corazón ni en alma te pareces al que amaba, y hasta tu cuerpo cambia, pero es más hermoso, quizá por imposible y por lejano. Pero el odio también me modifica a mí misma, y cuando quiero darme cuenta, soy otra que no odia, que ama a ese desconocido, cuyo nombre es el tuyo, que lleva tu apellido, y tiene, igual que tú, el cabello marrón y esas pestañas alargadas. Cuando sonríes, yo te reconozco como si hubiese sido ayer que nos amábamos. Y vuelvo a verte, al fin, tal como eras, como sigues siendo, como serás ya siempre, mientras te ame.
Siempre hay algo que determina mi tristeza cuando te vas, que me impulsa a buscarte ciegamente, que me lleva a tu lado sin remedio: Lo que la gente llama amor, supongo. Y los ojos, mis ojos, te seguirán a donde vayas, fieles. Voy a venir hasta ti, si alguna vez quieres enamorarte. No voy a estar esperando, pero voy a estar dispuesta si me llamas.
Agustina.

22/12/15

Hazme olvidar.

Ya no hables amor, ya no son necesarias tus palabras. Estoy a punto de romperme a llorar, y es lo ultimo que haré ante tus ojos. Lamento mucho que tengas que verme de esta forma, nada agradable, demasiado triste. Lamento que hayas perdido el tiempo conmigo, conmigo que estoy pensando en otra persona. A pesar de eso, te amo, lo he hecho siempre, solo que no puedo borrar las imágenes de mi cabeza. Ya no me permiten descansar en paz, ya no puedo soñar con tranquilidad. Él aparece en mis sueños cada vez con más frecuencia, y temo decir su nombre a mitad de la noche en tus brazos. Lo siento amor, nunca quise hacerte daño. No es que te esté dejando por alguien más, te estoy dejando porque te mereces a alguien mejor que yo. Todo este tiempo juntos fue lo mejor de mi vida, no cambiaría ningún momento que viví a tu lado, porque de hecho fueron perfectos. Siempre estuve para ti, y fue con mi total conciencia de entregarte todo, jamás me arrepentiré de haber compartido un solo minuto a solas contigo. Fuiste lo mejor. Fuiste quien estuvo todo el tiempo pendiente de mis emociones, de mis gustos, de absolutamente todo lo que yo era, y te agradezco por eso.
Créeme que quería con todo el corazón que esto funcionara. Soñaba con estar siempre juntos y ahora, son solo sueños rotos...
No te disculpes, no eres tú quien ha hecho las cosas mal. Algo esta llamando la atención en mi cabeza, y ya no puedo soportarlo. Confía en mi, no quiero a nadie, no puedo abandonarte, no quiero dejarte, pero sería muy egoísta pedirte que sigas conmigo. Si eres capaz que hacerme olvidar a ese viejo amor, por favor quédate a mi lado. Y si eres un poco inteligente, te iras de mi lo mas lejos que puedas.
Agustina.

2/12/15

Adiós mi amado.

Anoche quise decirte algunas cosas, pero no pude, siempre me es difícil decir qué pienso o siento cuando te tengo cerca, por eso elijo la mentira o el disimulo en esos momentos para esconderme.
Esto explica por qué estas leyendo este papel en lugar de estar escuchando mi explicación. Ya me conoces, ¿no?. Quizá para mi sea más fácil expresarme por escrito que frente a tu mirada.
Quiero que sepas que he decidido olvidarme de ti. Que mi mente no recuerde nunca más nada tuyo. Tengo demasiadas ilusiones rotas como para seguir imaginando nuevas y sólo recibir indiferencias. Siento ser una molestia en tu vida. No digas que no. No pienses ahora que no.
Sé que me quieres, pero tienes tu vida, y yo únicamente paso y estorbo; cualquier ciego puede verlo. Las razones se han juntado para decidir: serán estos los últimos días que nos hablaremos y pronto no sabrás de mí ni yo de ti. Voy a olvidar todo. Tu dirección, tus mensajes; tristes, dulces, alegres...  sólo sirvieron para crear falsas expectativas.
Estoy cansada de desearte y encontrar siempre una respuesta fría y distante. No quiero que mi mente imagine momentos que no van a suceder; porque eres distinto, porque te imagino distinto; y cuando llega la realidad, en ese momento, lo imaginado no sucede, y me siento mal. Peor aún, me siento desamparada, desprotegida, demasiado olvidada.
Hoy, después de verte sonreír con todos, me he dado cuenta que nunca te voy a tener. Que de nada sirve tenerte en mi mente, en mi corazón. Que no puedo evitar los celos de verte sonreír, de no sonreír conmigo. Entiendo que es mejor olvidar tu existencia al fin. La distancia y las ocupaciones harán su trabajo. La memoria no es tan fuerte, el corazón no es tan tonto.
Si te olvido ya no sufriré, ni crearé ilusiones débiles en mi corazón, ni pensaré en ti como en un hombre. Así entonces, todo va ser mejor para ti y para mí. Para mí por las razones que te explico, para ti porque ya no tendrás esa piedrita en el zapato que te molesta.
Estamos acá, al final. No pienses que soy trágica o melodramática. Existe la necesidad de dar vuelta a la página para poder seguir. No importa si el final es alegre como imaginé o triste como está sucediendo.
No hay nada más que decir.
Que seas siempre feliz.
Agustina.