30/4/15

Mi infierno.

Estoy un poco cansada, cansada de todo. De esforzarme, tratar de seguir adelante, de la cruel frialdad de la vida. Recuerdo hace unos años, le escribía al amor, a la felicidad, todo se resumía en eso, versos al deseo, al beso que condena y al acto que destruye. Ahora le escribo al aire. Cómo cambian las cosas, los sentimientos, las personas. Todo se mueve en dirección incorrecta, las palabras se acaban y renacen en mí. Gracias a todo aquello que me permite escribir, gracias al desamor y a las decepciones. Gracias por pisotear mis sentimientos, por matar mis ilusiones. Ya no culpo al destino, ya no culpo a nadie, ni a mí misma. Se supone que todo pasa por algo. Hoy es maravilloso y mañana un infierno. Prefiero vivir en el infierno creado por ti, que vivir en un cielo bañado de tu ausencia. Y aunque ya no vuelvas nunca, ahí te quedarás, como un recuerdo inconcluso, que casi fue, que casi fuimos.
Fuiste una bella excepción, lástima por lo que venga después, ya no me conocerán igual.
Terminaste de matar lo que ya estaba muriendo, terminaste de exterminar mis sentimientos, tal vez estoy maldita, algo que no me deja ser feliz, que me lo quita todo de un golpe. Ya ni llorar sirve, ni arrepentirse, ni deprimirse.
Jamás debí haber quitado el escudo protector, no debí dejarte entrar. Pero lo hice, me arriesgué y perdí hasta la última gota de mi sangre. No me arrepiento de nada, todo fluye y ya no quiero rendirme, no deseo mi muerte, dolerá verte, dolerá como siempre.
Agradezco cada segundo, cada lágrima, cada dolor, todo tiene una explicación, y si es un pretexto, mejor, así me calmo y me hundo en mi existencia.
Rendirse o no, abandonarse o motivarse una vez más, la peor decisión.
Amo cada pieza de este mundo, cada desilusión. Quizá amo este dolor, solo porque tú eres quien me duele.
Agustina.

25/4/15

Vacía.

A veces creo que soy feliz. Como cuando estoy con mis amigos tirando mi cabeza hacia atrás y tapándome la boca, mientras río a carcajadas por una broma que alguien hizo. Pero entonces el día se hace noche y mi sonrisa despreocupada se convierte en una inexplicable tristeza, grabada en mi cara como un tatuaje. Y me acuesto pensando en todas las cosas que me gustaría poder decir y en todas las cosas que tengo miedo de admitir, incluso sólo en mi mente. Es en noches como éstas cuando me doy cuenta de que soy varias cosas. Soy triste y soy feliz, extrovertida y tímida, rebelde y tranquila. Pero sobre todo me doy cuenta de que estoy vacía.
Agustina.

23/4/15

Regalame recuerdos que no duelan.

Me sigue doliendo alguien que ni me recuerda, que ni le importo. Pero alguien que alguna vez me quiso.
Estoy parado solo en la oscuridad, y así es mi corazón, tan oscuro. El peso del mundo me ha cubierto y no sé si aún estoy vivo o estoy muriendo porque nadie puede oírme cuando los estoy llamando.
Vi las grietas en las paredes y pinte sobre todas ellas, hice todo lo posible solo para ignorarlo, pero no puedo esconderlo. Tengo miedo de estar solo, aunque traté de dejarte ir, pero aún te encuentro perdido dentro de la parte mas oscura de mi, en mis pensamientos, y cada uno de ellos me hace sentir un poco más triste, un poco más muerta. Dime por qué me ahogas con tu silencio...
Luchamos para ocultar las cicatrices con nuestra farsa y ahora soy uno mas de los olvidados. Estoy corriendo para escapar de las paredes que han atrapado a este corazón. La puerta está abierta, por favor ven a salvarme.
Regalame recuerdos que no duelan.
Agustina.

Lo nuestro

“Quiero que quede claro que por encima de todo lo irreal nuestro amor fue lo más honesto que pudo pasar. Que en este mar de personas llenas de máscaras, nos desnudamos y nos vimos uno al otro sin farsas. Que llegamos con las maletas vacías y ahora pesan tanto por los recuerdos que cada uno carga. Que si algo era cierto en esta llamarada de palabras era nuestro amor en el momento preciso y sin abandonos, porque el reloj en el corazón nunca se atrasa. Que si algo nos dolió fue la cicatriz en el pecho y que es un recordatorio de que no fue un sueño nuestro encuentro inesperado. Que si un día sin querer nos encontramos sea para abrazarnos y descubrir que nunca nos supimos ni cerca ni lejos: Dentro.”
Agustina.

10/4/15

Nunca podré ser la misma.

Trato de correr, trato de esconderme de una voz que no puedo satisfacer. Esa era yo, siempre necesitando más y dejando de lado todo lo que tuve antes. Porque se siente como el final, es una herida que no se puede reparar, es solo que no puedo luchar por más tiempo. Esperaste hasta que estuve sobria, llegaste cuando sabías que el juego había terminado, ni siquiera quise ser encontrada.
Recuerdo como me perdiste o como te perdí. Nosotros engañamos al mundo con mentiras que ocultamos detrás de las sonrisas. Podemos ver estos corazones desesperados, y como la verdad se viene abajo. La ilusión nos convierte en un miedo del que no podemos escapar. Nos acercamos a nuestro vacío. Estamos rotos.
Nunca seré la misma, estoy atrapada en el interior de los recuerdos, las promesas, nuestros ayeres y te pertenezco. Simplemente no puedo alejarme, porque después de amarte nunca podre ser la misma.
Sé que nunca voy a olvidar la forma en que siempre me sentí contigo a mi lado, y cómo me amaste.
Ha sido un tiempo tan largo y trate de vivir sin ti, me estoy sofocando. Te necesito para respirar. Así que alcánzame abajo y tira de mí hacia arriba, tira de mí antes de que me entierre hacia abajo.
Yo debí de haber visto todas las señales a mi alrededor, pero yo estaba cómoda dentro de estas heridas. Tu me derribas y después me levantas. Tu te lo llevaste todo y aún no es suficiente, intentas decirme que puedes curarme, pero aun sigo sangrado y tu serás la muerte de mí.
Tu no eres quien que yo creí que eras y entonces aprendí a abrazar esta ilusión. La línea que nos separa empieza a desvanecerse.
Yo no soy yo, me siento como alguien más, caído y sin rostro, tan vacío y hueco en el interior. Una parte de mí está muerta. Te necesito para vivir de nuevo.
Agustina.

Cuando me dejo caer.

Tratamos de caminar juntos, pero la noche estaba oscureciendo. Pensé que estabas a mi lado, pero te busqué y te habías ido. El tiempo que tuvimos fue fugaz. Temo que no vendrá otra vez. Existe el miedo de seguir adelante deseando poder volver a cuando todo era mas fácil para mi, queriendo todo lo que dejamos atrás como la respuesta. Un reloj de arena que no podemos retroceder, conteniendo la vida en la que he estado por tanto tiempo.
Una fotografía sigue en mis manos con miedo de dejarla ir. Los minutos llueven como granos de arena y el tiempo es solo una guerra que esta robando los sueños desde el interior. Así que ven y llévatelos de nuevo.
Quiero encontrarme a mi misma, encontrar lo extraño que está atrapado en mi.
Y es así cómo me siento cuando ignoro tus palabras, y es aquí dónde me pierdo cuando continuo escapando de ti. Y ésta es quién soy cuando ya no me reconozco. Es así cómo se ve cuando estoy al borde del abismo, es así como me resquebrajo cuando finalmente golpeo el fondo, es así cómo duele cuando pretendo que no siento más dolor, y es así cómo desaparezco cuando me dejo caer.
Agustina.

8/4/15

Si me lees...

"Lo pensaba todo el tiempo, era lo único que habitaba en mi mente. No había día, momento, tiempo o lugar, siempre estabas ahí, compartiendo todo mi espacio, abarcando cada parte de mi alma y manteniendo con vida este corazón.
Sabía que algún día llegaría el momento en el que debería dejarte ir, tu recuerdo se iría con tu ausencia, lejos, sin mi. Ya no necesito tener que pensarte y extrañarte como loca, porque no estás y soy consiente de que esta vez no vas a volver.
Tan cruel es la vida que nos separa, cruel es el tiempo que pierdo en tu mirada, en aquella pálida fotografía.
Aun te quiero, si me lees, te espero. Pero en la otra vida."
Agustina.

4/4/15

Hay veces...

“Hay veces que se siente lindo querer a alguien que no te quiere y no porque uno sea amante del sufrimiento, simplemente porque la sensación
nos vuelve tan reales, nos perfuma la sinceridad, la tranquilidad se come toda angustia.
Hay veces que se siente lindo saber que eres capaz de luchar con entusiasmo, de comprender la fragilidad que tiene un corazón, abrazar cada horizonte de su persona, y ayudarlo como una chispa que se escapa para encender un alma que se creyó alguna vez perdida.
Hay veces que se siente lindo saber que eres digno, pero no correspondido, conjugar cada fantasía en un verbo girando ante los luceros y laberintos de ese amor tan real y tan absurdo, perdido.
Simplemente se siente lindo saber que uno no es tan frío”...
Agustina