13/5/15

Carta a un amor perdido.

Te escribo, no con el afán de atormentar tus suaves noches en brazos de otra, te escribo solo para recordarte que aún existo. Intento olvidarte, fracasando a todas horas. No deseo que pierdas tu tiempo leyendo lineas que no nos llevarán a ninguna parte. Solo deseaba que supieras que si en tu voluntad existe recordar el sabor de mis besos y el calor de mis caricias, algún día me ofrezcas una señal de vida. Te recuerdo así, como aquel bello momento que nunca perdí, te recuerdo cariño, no se si después de leerme al menos consideres ofrecer un SI, en caso de negarlo no te apures que mi amor seguirá aquí.
Hasta pronto... Un beso.
Dedicado a quien me pidió una carta a su persona.
Agustina.

9/5/15

Esta gran monotonía.

No me mires así... no has entendido y es inútil tratarte de explicar. No es rencor lo que siento, me ha vencido un tremendo cansancio de pensar. Solo encuentro esta vieja y oprimente sensación de costumbre y de hastío. ¿Porque sigo a tu lado todavía? yo misma no lo sé. No nos retiene siquiera un gran rencor que me encadene. Solo queda esta gran monotonía.
Me defiendo de ti, de mi, de todo, dejándote de amar, éste es el modo. Y así llega el momento del recuento. Cuando existir, es solo una memoria, cuando la vida es una dilatada y miserable conjunción de cosas.
Entonces, no bastaban las palabras y ahora, el gran silencio es suficiente.
Esta es la vida, rodeada de muerte.
Agustina.


Triste.

Yo sé que algo persiste, todavía. Pero no existen ya ni la alegría, apenas una cálida costumbre.
Estar triste otra vez, inmensamente, pero ya sin pasión, sin aspereza, sin amargura. Casi sin tristeza.
Triste de angustia, de los sueños rotos, de aquello que se quiso y ya no se quiere.
Sola estoy y quisiera estar conmigo fuera de ti, de todo. Fuera de ellos. Me gustaría tanto ser alegre, ya no quiero ser triste, melancólica y ausente. Siento la vida así, desesperada y ya no puedo más. Me duele tanto.
Ya no me digas nada, no es preciso. Todo fue dicho ya tan a menudo, que ahora tengo miedo amor, y dudo de aquello que esta al borde del silencio.
No aprendí a ser feliz. La soledad me parecía buena y el silencio se ajustaba a mi paso. Mi vida estaba escrita, señalada desde mi despertar hasta el cansancio. Hoy, el silencio es un no estar contigo, un teléfono mudo, una distancia y toda soledad tiene tu nombre. Entonces, un terror crece dentro de mi, como un monstruo pequeño, y yo pienso en mi muerte nuevamente.
Agustina.

7/5/15

Aquel lugar nuestro.

"Existía un lugar en donde deambulaban nuestros recuerdos, las risas volaban y las lágrimas se escondían detrás de las sonrisas. Las palabras se esfumaron, todo era oscuro y silencioso. En el cielo se mostraban imágenes de cuando éramos un par de tontos, y como fuimos creciendo de la mano del otro. También encontramos en un rincón, aquella carta de despedida, aquella que decía entre hojas descoloridas, que nunca más volveríamos a dejarnos. Una vez fuimos unos despiadados, descuidamos al amor y solo nos dejó un pálido desencuentro entre tu cuerpo y el mio. Y no volverá a suceder, porque hemos aprendido que vivir sin el otro, no es vivir.
Y así permanecimos, amándonos entre los días, las noches, amando aquellos tiempos donde los dos callados en silencio, nos contemplábamos sabiendo que el dolor nos consumía, pero juntos, algún día cesaría."
Agustina.

3/5/15

Aguanta.

No seques tus lágrimas, no apresures las cosas, ellas se evaporarán como suele evaporarse todo lo efímero, y no hablo de ciclos ni de finales, no me refiero a que todo deba terminar así, con lágrimas cayendo al suelo, ahogando cada sentimiento que pudo haber existido.
Por favor no corras, no te alejes de las cosas que importan, no olvides tus recuerdos, tus momentos que disfrutaste de joven, tus días de locura y desenfreno, donde pensabas que un cigarro y un trago de alcohol lo eran todo.
Jamás te rindas, no te dejes vencer por algo más pequeño que tú, no digas que no puedes, no te creas el centro del universo, hay cosas más grandes que no quieres ver, abre los ojos.
Deja que las lágrimas caigan, llora mares si quieres, no pasa nada. Pero promete que después te levantarás.
No tengas miedo, los amores vienen y van hasta que llega uno de verdad, uno que no necesita confirmación ni previo aviso, simplemente aparece en forma de pequeñas coincidencias que algunos llaman destino. Aparece, pero es tu deber cuidarlo y mantenerlo, no lo dejes ir, lucha.
Lucha por cumplir tus sueños, solo o acompañado, nunca dejes de luchar.
Y cuando ya no puedas más, oh, cuando ya no puedas… Vuelve al principio, comienza por donde termina el dolor, aguanta.
Agustina.