Puedo aceptar que ahora estamos un poco viejos, pero supongo que así tenía que ser.
Me pregunto cómo me sigues recordando. Escuché que sentaste cabeza y que estás felizmente casada. Me alegro por ti, pero me siento un poco triste por mi.
¿Recuerdas cuando te dije que te amaría hasta el fondo del mar? Yo sé que se acabó hace tiempo, pero supongo que nunca te olvidé.
Algún día en el futuro tal vez podamos juntarnos, tal vez podamos compartir un trago y hablar un rato, y recordar los días en los que estuvimos juntos. Tal vez nos veamos en algún lugar más lejano. Y te encontraré ahí, parada justo en la esquina con tu paraguas rosado y quizá un día en el futuro podremos compartir nuestras historias, cuando no nos importen todos nuestros errores, nuestros fracasos, y nuestras glorias, pero hasta que ese día llegue yo seguiré adelante, como puedo.
Es gracioso que esto me moleste... Sé que el tiempo pasó, pero no esperaba ver cuan hermosa estas. Supongo que nuestra separación te sentó bien. Pero bueno, te deseo lo mejor, y espero que tal vez algún día podamos encontrarnos de nuevo.
Agustina.